World Football Summit habla en exclusiva con Joan Vilà Bosch, ex jugador y entrenador del FC Barcelona que fue mentor de jugadores como Xavi Hernández y Carles Puyol. Esta entrevista forma parte de la primera edición de WFS Digest, nuestra nueva guía de información privilegiada sobre las ideas y proyectos más recientes y relevantes dentro de la industria del fútbol. Puede suscribirse a WFS Digest AQUÍ.
Joan Vilà Bosch fichó por el F.C. Barcelona a los 17 años y pertenece al Barça casi desde entonces. Ha jugado para ello, lo ha dirigido, y fue Director de Metodología de 2011 a 2018. En la Cantera del Barça, todavía en su adolescencia, conoció a un entrenador (Laureano Ruiz) ‘que estaba bastante adelantado a su tiempo y cuyas enseñanzas sobre el fútbol, que es un deporte muy complejo, se quedó con nosotros para siempre. Dedicó tiempo a cada uno de sus jugadores, no solo al equipo en su conjunto”.
Cuando su etapa como futbolista llegó a su fin —a los 30 años, principalmente por lesiones—, se planteó ser entrenador, “y me vino toda esa filosofía de Laureano. Así que cuando entrenaba a mis primeros equipos traté de aplicar sus conceptos en el campo”. Tres décadas después de ese punto de inflexión, su empresa GO UP es pionera en el «enfoque individual» en el fútbol europeo y puede mostrar algunos casos de éxito impresionantes entre los jugadores de élite. Vilà forma parte del Consejo Asesor de World Football Summit.
¿Cuándo nace GO UP? ¿Cuál fue su primer proyecto?
En enero de 2008, con mi hijo Ferrán, iniciamos el primer asesoramiento externo al club con Carles Puyol. En ese momento el Barcelona no andaba demasiado bien, era el último año de Deco, de Ronaldinho, de Frank Rijkaard, y a Puyol le llovían las críticas (injustificadas). Cundía la sensación de que él era solo fuerza, y que con 30 años ya no servía… Y debido a nuestra amistad, le planteé la idea de ayudarle. Preguntó que cómo, y le comentamos que íbamos a estudiar su juego (que ya conocíamos). No es lo mismo ver jugar a un futbolista que analizar su juego. Fue el primer caso. Y en seis meses el jugador pasó de ser criticado en la prensa a ganar la Eurocopa de 2008 con España, siendo elegido titular del equipo ideal de la competición. Y claro, todo esto nos animó a seguir.
¿Ese éxito con Puyol se debió más al trabajo técnico, táctico o a aspectos psicológicos?
Fue básicamente analizar algunos aspectos de su juego, que él mismo desconocía, y que le llamaron la atención. Nosotros alentamos el autoanálisis del juego. Y se dio cuenta de que había algunos problemas tácticos… Pero fue tan humilde y tan consciente de ello, y puso tanto esfuerzo, que mejoró estos aspectos y terminó siendo el mejor defensa de la Eurocopa. En mayo, un mes antes de la competición, él era ya plenamente consciente de que dominaba y anticipaba situaciones de una forma que no hacía antes.
¿Cuáles son las principales areas de mejora de un futbolista maduro?
En pleno siglo XXI es muy sorprendente que el futbolista no reciba la atención individual que merece. El equipo es la suma de jugadores, y la mejora del equipo parte de una mejora individual de cada componente del equipo. En primer lugar, para formar esas pequeñas sociedades, como dice Jorge Valdano, que se forman en base al conocimiento y mejora de cada uno y a la comunicación entre ellos. El equipo es la suma de estas pequeñas sociedades. Has de mejorar a cada uno de los componentes. ¿Qué ocurre? Que eso cuesta tiempo y dedicación. Pero el jugador lo necesita, y no le dedicamos tiempo suficiente.
Modric no tiene nada que ver con Ibrahimovic, y probablemente son ambos inteligentes y han llegado tan arriba por su talento. ¿Pero por qué no ayudamos los entrenadores a estos cracks también? Igual que ayudamos a los que quizá no tienen tanta inteligencia, pero son necesarios. – Joan Vila
A los porteros sí…
Efectivamente. Y esa una buena pregunta: ¿por qué a los porteros sí y a los demás jugadores no? ¿Porque son más? Bueno, quizá cueste más a nivel amateur, pero a nivel profesional, con equipos técnicos de 5 ó 6 personas, se puede dedicar tiempo a cada uno de los futbolistas.
¿Se le puede enseñar técnica a un jugador ya formado?
Los aspectos técnicos son diferentes, dependen mucho del talento individual. Al igual que los aspectos tácticos dependen mucho de la inteligencia del jugador. La técnica mejora con el trabajo diario y la relación constante con el balón. Se le puede prestar atención, pero este trabajo corresponde sobre todo al fútbol base. Se trata de hábitos coordinativos adquiridos. Pienso que la comprensión del juego también debería enseñarse en el fútbol base, porque los elementos fundamentales son los mismos: un campo, dos porterías y unos adversarios. Nosotros llamamos ‘E’ a las dimensiones del campo, que son inmóviles. Y ‘e’ a los espacios, que van cambiando constantemente a lo largo del partido. Y el jugador debe entenderlos. Saber generar espacios y saber correr. Correr es un ejercicio físico y cognitivo, dado que el balón y los 22 jugadores se mueven constantemente.
La mayoría de los movimientos y carreras de un jugador es sin balón. La anticipación es lo que convierte a Modric o Iniesta en algo más. A veces lo comparamos con el ajedrez, pero con dos enormes diferencias: jugar al ajedrez no es anticipar la próxima jugada, sino las próximas jugadas. Y presenta elementos fijos, no móviles que cambian permanentemente.
Watch: WFS Live’s expert panel looks at how data can improve performance
Hay talentos superiores que vienen con eso aprendido desde casa, como Busquets, Iniesta o Modric, por ejemplo.
Exactamente. La inteligencia del jugador hace que comprenda el juego mejor, y por tanto es mejor jugador. Y yo me pregunto: ¿entonces qué pintamos los entrenadores? El talento, por supuesto, es innato, y puede ser más físico, más técnico. Modric no tiene nada que ver con Ibrahimovic, y probablemente son ambos inteligentes y han llegado tan arriba por su talento. ¿Pero por qué no ayudamos los entrenadores a estos cracks también? Igual que ayudamos a los que quizá no tienen tanta inteligencia, pero son necesarios.
Nosotros tenemos jugadores de altísimo nivel internacional. Durante algunos años lo hemos hecho de manera privada, casi confidencial. Y es curioso que todos ellos nos han reconocido el desconocimiento de algunos fundamentos del juego, elementos básicos. Ellos han crecido con su talento y su propia identidad. Cambiarán de equipo y de entrenador o seleccionador muchas veces, pero en la vida tú vas contigo mismo, eso se lo decimos siempre. Se trata de autoconocerse y aprender a gestionar el entorno para solventar no una situación, sino todas, o muchas. Es un trabajo relacionado con la constante toma de decisiones que un jugador debe tener en un terreno de juego, en función de todo lo que le rodea. Les decimos: ‘Intentaremos ayudarte para que no nos necesites. No nos perpetuamos’. Trabajamos con ellos entre medio año y un año. La mejora es muy irregular, no sigue un patrón, pero siempre hay un punto de inflexión tras el que ya son autosuficientes. Y a veces nos llaman cada tres o cuatro años para dar un pequeño repaso.
Como un buen psicólogo…
Exactamente. Y hace falta mucha humildad, son jugadores profesionales, algunos de ellos internacionales, y muchas veces cuando uno llega a un cierto status puede parecer que lo sabe casi todo. Es muy importante la humildad que muestran para poder estar receptivos: analizar tu juego y optimizar tu rendimiento, conseguir la mejor versión posible de un jugador: no el 10, sino ‘su’ 10. Y jamás algo que vaya en contra de su entrenador; en primer lugar, por respeto a nuestros colegas; en segundo lugar, por pura lógica: queremos lo mejor para el jugador, y por tanto que cuente con él el próximo domingo.
¿Ha cambiado mucho su labor por los adelantos tecnológicos de esta década?
Desde luego… Nosotros nos hemos basado siempre en el vídeo, que es una herramienta fantástica. En primer lugar, les ponemos unos objetivos. Todo en la vida requiere unos objetivos, a corto, medio y largo plazo. Si te los fijas solo a corto plazo, eres poco ambicioso. Y si tienes un grandísimo objetivo a corto plazo, probablemente no lo vas a conseguir. Si sólo te los marcas a largo, probablemente te canses antes de lograrlos. Una vez que se los marcan, somos un equipo. Su éxito es nuestro éxito.
¿Qué papel ha tenido usted en la formación y trayectoria de Xavi Hernández como entrenador?
Nuestra relación ha sido permanente y estrecha, no sólo a nivel futbolístico sino también a nivel personal y familiar. A falta de un año para terminar su etapa de jugador profesional en el Al-Sadd, Xavi nos contactó para que le ayudáramos a él y a su futuro equipo técnico en la formación de cara a su nueva. Fue un año en el cual, con estancia incluida en Qatar, nuestra relación se fortaleció todavía más, y le ayudamos a preparar e introducirse en el nuevo reto profesional. Xavi ha sido, sin duda, uno de los mejores centrocampistas del mundo durante su extensa vida deportiva. Y ahora ha vuelto al FC Barcelona como entrenador con un difícil pero ilusionante reto deportivo: recuperar este modelo de juego que iluminó al mundo durante muchos años y que fue el espejo en el que se han querido reflejar muchos clubs, entrenadores y jugadores. Es perfectamente consciente de la dificultad que todo ello implica, pero nadie mejor que él puede llevarlo a cabo, porque es quien mejor conoce al club y este ADN futbolístico del cual él ha sido el más claro exponente como jugador. Además, es inteligente, trabajador, honesto y muy exigente. Por ello no me cabe ninguna duda de que conseguirá este objetivo.
Esta entrevista forma parte de la primera edición de WFS Digest, nuestra nueva guía de información privilegiada sobre las ideas y proyectos más recientes y relevantes dentro de la industria del fútbol. Puede suscribirse a WFS Digest AQUÍ.