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El fútbol femenino, un fenómeno que ha llegado, para quedarse

· by WFS-WBMstr

Es interesante destacar que el nacimiento y especialmente el desarrollo del fútbol femenino estuvo íntimamente ligado a la lucha por los derechos de la mujer. Así, fue la activista Nettie Honeyball la que fundó el primer club deportivo denominado British Ladies Football Club con el objetivo de demostrar que la mujer podía emanciparse.

El fútbol femenino está muy lejos de ser una moda actual. Su práctica se remonta al siglo XIX en Glasgow,  Escocia, que acogió el que está considerado como el primer partido de fútbol moderno entre mujeres, en 1892.

Dos años después, en 1894, la activista por los derechos de la mujer Nettie Honeyball impulsó la creación de un club, el British Ladies Football Club, como símbolo de la lucha contra la exclusión femenina de un deporte visto hasta entonces como sólo de hombres.

El Comité Olímpico Internacional por fin incluyó el fútbol femenino en su programa en los Juegos de Atlanta-1996 y la FIFA instauró un premio, equivalente al masculino del FIFA World Player desde 1991.

España también cuenta con clubes y selecciones importantes y con algunas estrellas internacionales. Hasta octubre de 1980 no fue reconocida por la Federación y el primer campeonato no oficial, la Copa Reina Sofía, hoy Copa de la Reina. La Liga femenina comenzó en la temporada 1988/89.

El fútbol femenino ha experimentado una gran progresión en la última década. Se han multiplicado tanto los equipos, la afición, como el nivel táctico y la calidad de las jugadoras.

Los últimos datos de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) indican que alrededor de 30 millones de mujeres y niñas practican fútbol de forma regular en el campo federado, ya sea amateur o profesional. La FIFA destaca al mismo tiempo el porcentaje de niñas entre los jugadores jóvenes del mundo, que asciende al 12%, una cifra nada despreciable habida cuenta del contexto histórico del fútbol femenino.

El anuario-balance que publicó la Union of European Football Associations (UEFA) el año pasado sobre el fútbol femenino en Europa arroja más datos de interés, que ponen de manifiesto el crecimiento significativo y ya asentado de la competición femenina en el continente: 69.000 clubs cuentan con equipo femenino; 11 federaciones nacionales cuidan la cantera femenina mediante escuelas orientadas para ellas; hay más de 7.000 árbitros mujeres; y en total se destinaron más de 80 millones de euros a la promoción y mantenimiento del fútbol femenino sólo durante 2013.

Las cifras de participación totales son más impresionantes si se comparan con las que podríamos encontrar en Europa apenas un par de décadas antes. De las 200.000 mujeres que jugaban al fútbol en el continente a mediados de la década de los ochenta hemos pasado al millón de ellas, en un incremento que se volvió vertical cuando se inició el nuevo milenio.

Este año la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) crece tras una votación llevada a cabo en la asamblea celebrada en Valencia el viernes 17 de junio, el fútbol femenino se une a dicho grupo y comienza a formar parte de sus filas.

Luis Rubiales, Presidente de AFE afirmaba que:

«Nos faltaba la mitad del fútbol español y ya las tenemos de nuestro lado»

El crecimiento es ya imparable. Las mujeres están alcanzando cada vez más puestos y posiciones de mayor importancia en los  organismos federativos, tanto nacionales como internacionales, aunque su participación continúe siendo minoritaria. Otros campos como el de la dirección técnica y deportiva o el arbitraje observan también que han registrado un importante aumento durante los últimos años.

La UEFA destina partidas específicas a las federaciones nacionales para el fútbol femenino. En total, más del 70% del presupuesto para el fútbol femenino de la UEFA se invierte en la base del sistema, capital para asegurar su futuro crecimiento.

Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer. La pasada Copa del Mundo Femenina fue albergada por Alemania, y la final se dirimió entre Japón y Estados Unidos. Alemania es uno de los países europeos que más y mejor cuida el fútbol femenino, y tanto las audiencias como los espectadores fueron buenas. Lejos, no obstante, de los partidos regulares de la Bundesliga, la liga masculina alemana. Aunque los trofeos internacionales de semejante calado centran la atención esporádicamente sobre el fútbol femenino, durante el resto de la temporada la competición pasa mucho más desapercibida.

Aún a día de hoy, y pese a los avances, el día a día de las futbolistas es muy diferente al de sus homólogos masculinos. El caso de algunas jugadoras del Barcelona es paradigmático: Melanie Serrano, además de defensa en el campo, también es monitora en un colegio. Otras como Sonia Bermúdez o Marta Torrejón compaginan su vida en el estadio y los entrenamientos con sus estudios. La primera ya se tituló en INEF y en la actualidad estudia dos masters. La segunda es estudiante de Biología.

A diferencia de las grandes cifras que ganan los hombres, en el caso del fútbol femenino en España aún es un trabajo temporal, donde pocas jugadoras pueden vivir plenamente de él. La falta de financiación, en contraposición a los presupuestos desorbitados de los equipos masculinos, empuja a muchas de ellas a emigrar a Ligas extranjeras más potentes.

 El crecimiento de licencias federativas en el fútbol femenino en España durante la última década es notorio. La tendencia se enmarca dentro de la proyección creciente que se está produciendo de forma general en el deporte femenino. No sólo se trata de que las mujeres consigan los logros más señalados del deporte español en disciplinas como atletismo o natación, o en competiciones como los Juegos Olímpicos, sino de que en el día a día, a pie de calle, hay más mujeres practicando su deporte favorito.

Entre 2003 y 2013 el volumen de mujeres federadas respecto al total ha crecido cinco puntos  porcentuales, pasando de un 16% a un 21% en una década. En el caso del fútbol, uno de los deportes más practicados por ellas aunque no el más popular, las licencias federativas han pasado de 11.300 en 2003 a 40.606 en 2013. Un crecimiento espectacular de más del 300% en apenas diez años, con todo lo que ello implica: más equipos de fútbol femeninos creados desde la base, más competiciones, más apoyo para practicar deporte por parte de las instituciones y más visibilidad pública.

Al igual que a nivel internacional, en España hay tanto noticias positivas como negativas. Mientras el crecimiento de jugadoras a nivel base es continuado, el seguimiento es aún muy bajo.

Podemos afirmar que sí, que el fútbol femenino está aquí, ha llegado para quedarse y el futuro que le espera sólo puede deparar más mujeres jugando al fútbol. El camino no ha sido fácil  y lo seguirá teniendo ciertas dificultades en el futuro, pero los datos invitan al optimismo: llegará más financiación, más posibilidades de crecimiento y más oportunidades para todas las jóvenes futbolistas.

¿Es posible que en unos años los hombres y las mujeres estén equiparados? ¿Y por qué no?

Si algo han demostrado ya los enfrentamientos y los campeonatos entre mujeres, es que los partidos pueden ser tan emocionantes como los masculinos, y que las jugadoras están tan dotadas y son tan hábiles como los célebres futbolistas varones.

Esto destacaba Caroline Jönsson la presidenta del Comité del Fútbol Femenino de FIFPro:

«España podría tener potencialmente una de las mejores ligas femeninas del mundo. Se encuentra por detrás de Alemania, Francia e Inglaterra, pero hay muchas iniciativas positivas como esta»

(Imagen Antonio M., Flickr)

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