El común de los mortales envidiamos, en cierto modo, la vida que llevan o pensamos que llevan los futbolistas de élite. Acumulan grandes fortunas con poco más de 20 años.
Hablamos de fama, éxito, fans, lujo, coches deportivos de las marcas más caras, reservados en locales de moda, casas de ensueño… Acumulan durante su época en activo dinero para conseguir cualquier cosa que se pueda imaginar.
Sin embargo, una vez finalizada su etapa deportiva, el sueño en muchos casos, llega a su fin y se convierte en pesadilla.
Un futbolista de élite gestiona grandes cantidades de dinero que pueden desaparecer en un instante, si no están bien asesorados o si tienen vicios demasiado caros. Muchas estrellas de este deporte fallecieron en la absoluta pobreza y algunos de ellos, en la actualidad, buscan un trabajo con el que hacer frente a las enormes deudas que han contraído por realizar inversiones desafortunadas. En este momento encontramos numerosos jugadores internacionales que pasan por dificultades económicas muy serias como puedes ser el caso de Andreas Brehme, Iván Zamorano o Christian Vieri.
“Me tienen envidia porque soy rico, guapo y un gran jugador”
Estas palabras, pronunciadas hace unos años por un Cristiano Ronaldo inmaduro aún, no dejan de ser de algún modo ciertas. Estas circunstancias conllevan un tren de vida muy alto, que posiblemente esté acorde con los salarios millonarios que perciben de los clubes sumado a la gran cantidad de dinero extra que les aportan las marcas. Quizás demasiado dinero y demasiada responsabilidad para chicos inmaduros, que apenas superan los veinte años y que en ocasiones proceden de orígenes humildes. Muchas veces, este cambio de vida les resulta demasiado complicado de gestionar.
Varias organizaciones han realizado estudios sobre ese “después” de los jugadores de élite, y los datos obtenidos son realmente inimaginables.
Según un estudio de 2011 de la consultora Schips Finanz, Hans Schips, la mitad de los futbolistas terminan arruinados cuando acaba su carrera.
El estudio realizado por XPRO, asociación que tiene como objetivos específicos ofrecer ayuda, apoyo y asesoramiento a ex futbolistas profesionales del fútbol británico, no es mucho más alentador que el anterior. El 60% de los exjugadores de la Premier en bancarrota 5 años después de retirarse.
Este estudio se ha llevado a cabo analizando la situación de exjugadores que ganaban una media de 30.000 libras semanales (casi 38.000€). Con estos ingresos, ¿cómo es posible que en ese tiempo hayan gastado tanto dinero como para llegar a esa situación? Adquirir bienes de alto coste que tienen una rápida depreciación, malas inversiones e incluso por los divorcios.
Pero esta situación no se da únicamente en el Reino Unido. Un estudio similar realizado en EEUU en relación a los jugadores que se retiraban de la NFL, arroja unos resultados que fueron aún más alarmantes: el 78% de los exjugadores estaban en bancarrota a los 2 años de retirarse; mientras que en la NBA el 60% se declaraba en bancarrota a los 5 años de abandonar la práctica deportiva.
Estos datos son sólo la punta del iceberg, ya que la bancarrota no es el único problema al que se enfrentan los exfutbolistas, sino que depresiones, drogas y la cárcel también se pueden cruzar en su camino, si no reciben formación y ayuda cuando se enfrenten a situaciones delicadas.
En España contamos con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), cuyo objetivo principal de su Escuela de Fútbol AFE, es ofrecer una educación integral tanto a nivel futbolístico como académico. AFE es una asociación al servicio del colectivo de futbolistas que promueve su unión, vela por el normal desarrollo de su carrera deportiva y posterior promoción laboral, defendiendo y garantizando los derechos laborales, económicos, formativos, sociales, presentes y futuros, transmitiendo los valores deportivos a sus afiliados y a la sociedad.
Los futbolistas, pero especialmente los clubs, deberían pensar e invertir tiempo y recursos en la formación de los jugadores, tanto cuando son niños, como en su edad adulta, para evitar que se conviertan en juguetes rotos.